Desde el espacio se pueden
ver los invernaderos de Almería que tienen una superficie de más de 350 km2.
Se les llama “el mar de plástico”.
En estos invernaderos trabajan muchos inmigrantes ilegales en condiciones de explotación. Cobran por un día de trabajo unos 20 euros y no tienen derecho a seguridad social.
Sólo trabajan cuando los dueños de los invernaderos los necesitan y no tienen ningún tipo de contrato. Como no tienen contrato, no pueden dejar de ser ilegales, y siendo ilegales nunca podrán tener un contrato (círculo vicioso).
Trabajan dentro de los invernaderos durante muchas horas, soportando temperaturas que superan los 50º.
Viven en chabolas (construidas con maderas y plásticos) que no tienen baño, ni cocina, ni condiciones mínimas de higiene y salud. Estas chabolas están al lado de los invernaderos. En una misma chabola pueden vivir hasta 10 inmigrantes.